Una fiesta de máscaras


"Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos"
.-Nicolas Maquiavelo


Es importante tomar en cuenta que no me refiero a que todos seamos hipócritas, sino que, en verdad, todos nos cuidamos de dar a conocer de golpe lo que realmente somos. Esto se debe a que tenemos cuidado y precaución al momento de mostrar nuestros yo interior. Antes de hacerlo siempre necesitamos adquirir cierto nivel de confianza en otras personas y sentir cierta cantidad de empatía hacia las mismas. De esta forma es como todos vemos el mundo, a través de máscaras con las cuales ofrecemos una primera impresión determinada. Es este hecho lo que nos divide, lo que nos clasifica en las diferentes clases sociales, provocando así la creación del status y de los estereotipos. De manera tal que también sea causa de la creación de los extraños y el miedo a la proximidad hacia dichas personas.

En el caso del libro lo relacionan con la civilidad, que al investigarla aparece como el comportamiento de la persona que cumple con sus deberes del ciudadano, respeta las leyes y contribuye así al funcionamiento correcto de la sociedad. Pero Bauman pretende referirse a esta como la capacidad de interactuar con extraños sin atacarlos por eso y sin presionarlos para que dejen de ser extraños. Por lo que también menciona que si no es posible evitar toparse con extraños, al menos es posible  evitar tratar con ellos. Aunque puede sonar muy atractivo, existe un pequeño problema: esto definitivamente no se adquiere de la noche a la mañana. Por el contrario, es uno de esos ejercicio en los que para llegar a ser realmente bueno debes de practicarlo cada día. Y, realmente, esto es lo que hacemos a lo largo de toda nuestra vida: desde que somos pequeñines, cuando nos da miedo sentarnos al lado de extraño, hasta que estamos a la universidad relacionándonos con extraños constantemente y guiándonos a nosotros mismos en lo que resta de nuestra vida. 

Por lo tanto, parece ser que todos usamos esa máscara de protección contra los extraños y al final... Todos resultamos ser extraños evitando a otros extraños, es como un colador, al pasar la etapa de extrañeza con otra persona ya somos capaces de formar una amistad. 

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